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El milenio en sordina
y la burbuja medio desinflada

Articulo de Giancarlo Livraghi gian@gandalf.it
en Web marketing tools – febrero 2001

Traducción de María Copani mcopani@sion.com y Pino Laurenza lauren@uni.net


 
 

Como era demasiado fácil prever, el “nuevo milenio” comenzó con poco ruido y pocas novedades. Por fortuna... ninguna previsión “milenarista”, ninguna espera de eventos y portentos. Porque los profetas de maravillas o de desventuras habían agotado los cartuchos; y porque es un poco demasiado arriesgado, para quien se deleita con las profecías, tener una verificación de tan breve lapso.

¿Se acuerdan del millenium bug? Se hizo un imprevisto, catastrófico rumor sobre un problema conocido desde hace cuarenta años. Parecía que en la medianoche del 31 de diciembre de 1999 se deberían bloquear todas las computadoras, caer en marasmo todas las organizaciones públicas y privadas. Al mediodía ya se sabía que no había sucedido ninguna catástrofe en las antípodas y el mundo continuaba. No se habla más de eso... pero el problema no está resuelto; el bug podría resurgir dentro de treinta años.

Al final del 2000 hubo un intento de renovar la alarma. Los diarios publicaron una noticia atribuida (nada menos que) al FBI, según el cual una plétora de virus “programados a tiempo” desencadenarían el infierno al inicio del nuevo año. Poco después... de aquel “presunto problema” se perdieron las huellas.

El año se cerró con un redoble de campanas a difuntos por la new economy. Hicieron un balance de las oscilaciones en la bolsa y se descubrió que los “milagrosos” títulos tecnológicos habían bajado mucho. Hay acciones compradas por cien dólares que ahora valen uno – y es improbable que se recuperen. La “lotería en la cual ganan todos” no existió jamás. No resultó ganador ni siquiera el desafío “compro diez al azar y al menos una saldrá bien”.

Qué bello sería si la “burbuja” explotara de verdad, si los juegos “salvajes” se suicidaran definitivamente, si finalmente se “recomenzara desde cero” yendo a financiar las empresas que, quizás menos velozmente, tienen real capacidad de desarrollo. Pero desafortunadamente no es así – o no aún. Continúa arreciando aquella viejísima seudo-economía de la especulación que había convulsionado los mercados financieros hace doscientos años y tantas otras veces después.

“Se corre la voz” de que algunos de los grandes “portales” en Italia estarían por cerrar. Por lo que sé, no es verdad. Pero un replanteo es inevitable: demasiado se hizo con apuro y furia (por lo tanto, mal) esperando una “ganancia inmediata” que no existe.

Voces menos ruidosas, pero más precisas, dicen cosas que podrían abrir horizontes menos bizarros. Se comienza a difundir la percepción de que la innovación tecnológica debe ser gobernada, que la carrera de la innovación inútil debe terminar, que no existe un “tiempo internet”: en la red como en todas las otras cosas de la vida un mes es un mes, un año es un año, y las cosas hechas “con el tiempo que se necesita” son mucho mejores que una proliferación de gatitos ciegos. [N. de T.: Un proverbio italiano dice: “La gatta frettolosa fa gattini ciechi”, La gata apresurada hace gatitos ciegos.]

(Véase al respecto Elogio de la lentitud).

En tanto... hay dos noticias, aun si parecen escapar a la atención general en la orgía numérica que nos rodea. Al final del 2000 el número de hosts internet en el mundo ha superado los 100 millones. Esta podría ser sólo una “curiosidad estadística” si no fuera la confirmación de un crecimiento que no tiene nada de “exponencial” pero que continúa con un ritmo veloz y (aun en los países más avanzados) está todavía muy lejos de un nivel de saturación.

Hay un dato que nos interesa más de cerca. El número de hosts en Italia ha superado el millón. No es sólo una “meta numérica”, que como tal podría no ser interesante. Es un cambio de tendencia. En octubre 2000 he corrido un “riesgo calculado”, proponiendo análisis y estadísticas de las cuales entonces tenía (precisamente para Italia) una documentación sólo parcial. En los meses sucesivos llegaron las confirmaciones. Hay de verdad un cambio de tendencia; la red tuvo en Italia un desarrollo “cuantitativo” entre el 1999 y el 2000 decididamente más veloz que en los años precedentes. Ahora estamos, por primera vez, en una situación similar a la de Francia o Alemania (aunque aún lejanos de Gran Bretaña, Holanda y los países escandinavos). La pregunta fundamental es simple: ahora que comenzamos a tener la cantidad, ¿cómo llenarla de calidad? La respuesta no es fácil; pero el “propósito para el nuevo año” (y para los años por venir) debería ser sobre todo este.




Véase la sección “datos” (en italiano) para un análisis
de los “números en la internet” en el mundo y en Europa.




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