“Entetanimiento”
(tittytainment)

Giancarlo Livraghi – diciembre 2010

Traducción castellana de Pedro Fernández-Llebrez del Rey – octubre 2011

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Uno nunca acaba de aprender. Quince años más tarde descubro que en septiembre de 1995 Zbigniew Brezezinski acuñó un nuevo término: tittytainment. Tampoco sabía, hasta el día de hoy, que en 2007 un autor español, Gabriel Sala, había desarrollado el concepto (llamándolo entetanimiento) en su Panfleto contra la estupidez contemporánea.
 

panfleto
 

Para los lectores de este sitio web – o de mis libros – éste no debe resultar un tema muy nuevo. Aquí, también, lo hemos discutido de formas diferentes durante estos quince años. De alguna manera no se trata solamente de una cuestión de estupidez “contemporánea”. Los sistemas de información y de comunicación siempre se han usado para distraer, confundir y engañar. Aunque, en la actualidad, la enfermedad se está desarrollando a una nueva escala, con nuevos instrumentos, a menudo disfrazados de “diversión”. No hay problema en reírnos un rato de ello siempre y cuando comprendamos que se trata de un problema realmente serio.

Por supuesto no es exactamente una cuestión de “tetas”. U otras partes o actividades del cuerpo humano. No hay nada malo en que la gente se vista o se desnude a su antojo. La seducción per se, no es reprochable. Se convierte en un problema cuando se abusa de ella en los entretenimientos, no solamente emborronando otros contenidos sino también desviando la atención.

Y ésta no es la única herramienta. Los dispositivos distractores pueden ser placenteros o dolosos, alegres o asustadizos, atractivos o repulsivos. Hay muchas maneras de calmar o de escandalizar, de engañar o preocupar, de abrazar o amenazar, divertir o angustiar, con el mismo propósito: estancarnos en la ignorancia y la obediencia.

 
tittytainment

Hay un sitio web llamado “tittytainment.com” – realmente es solamente una página, puesta online en agosto, 1999 y nunca más retocada, ampliada o corregida. Así es como se explica el significado de la palabra.
El inventor de la palabra “tittytainment” es Zbigniew Brzezinski, que fue, durante cuatro años, de 1977 a 1981, el consejero de seguridad nacional de Jimmy Carter. [También fue el cofundador, junto con David Rockefeller, en 1973, de la Comisión Trilateral “una organización privada creada para fomentar una cooperación más estrecha entre los Estados Unidos, Europa y Japón”. Él es ahora un consejero del equipo del Presidente Barack Obama].
La primera vez que él usó la palabra fue en una discusión con varios líderes mundiales que se reunieron en el Hotel Fairmont en San Francisco invitados por el padre de la glasnost y la perestroika, Mikhael Gorbachev, a finales de septiembre de 1995.
La discusión versaba sobre “el futuro del trabajo”. Entre todos diseñaron un nuevo orden social y todo el mundo parecía estar de acuerdo que, en la sociedad del siglo 21, el 20% de las personas tendrían trabajo mientras que el restante 80% se mantendrían dócilmente, como en un estado de semi-hipnosis, por medio de lo que Zbigniew Brzezinski denominó “tittytainment”: una mezcla de predecible y amortiguada de un mínimo y común entretenimiento para el espíritu y alimentación para el cuerpo.
La palabra “tittytainment” es una mezcla de los vocablos “tits”
[tetas] y “entertainment” [entretenimiento], como si se tratara de madres alimentando y condicionando a sus hijos enchufados a drogas.

Quince años mas tarde nadie recuerda ese encuentro – ni otras predicciones, por el estilo, sin sentido para el siglo 21. Tenemos problemas bastante diferentes con la economía y con el trabajo (como con el “glasnost” y la “perestroika”). Pero el entetanimiento está, en efecto, con nosotros – y cada vez peor.

La manera más fácil de aplicar el deseo de poder es la violencia, combinada con la falta de libertad de prensa. Esta combinación todavía se usa con una crueldad sin remordimientos en gran parte del nuestro mundo. Pero en los momentos y lugares en los que tan brutal sistema de control no es posible, el “entetanimiento” se convierte en la herramienta predilecta. Es interesante percatarse de que, cuando la palabra fue acuñada, el significado implícito no fue solamente la ruptura – sino también el amamantamiento de la aquiescencia (y por lo tanto de la estupidez).

La metáfora es perversamente evidente. Abrazar la obediencia. Calmar en el engaño. Los buenos padres, así como los buenos profesores, saben que su papel no solamente educar y proteger a los niños, sino también ayudarles a crecer y ser independientes. Esta no es la intención de los que pretenden mantenernos de por vida en un estado de infantilismo.

¿Hay algo que sea básicamente erróneo en el entretenimiento, la alegría, el juego, el relax, la diversión? Desde luego que no. Pero se convierten en una enfermedad cuando se usan para desviar información y reemplazar el conocimiento, el pensamiento, la libertad, la cultura – y la responsabilidad.

Antes de que intentemos llegar a una conclusión, veamos cómo Gabriel Sala define el “entetanimiento” en su “panfleto”.

«El entetanimiento es una mezcla de divertimento trivial y mediocre, basura intelectual, propaganda, y elementos nutritivos físicos y psicológicos, con el claro propósito de satisfacer a los seres humanos para mantenerlos convenientemente tranquilos, perennemente ansiosos, sumisos y serviles a los deseos de una oligarquía que decide su destino sin permitirles ninguna opinión al respecto».

«El entetanimiento es el mejor proveedor de coartadas que jamás haya existido, el prisma a través del cual podemos observar el mundo sin sentimientos de culpa u obligados a ser responsables de nuestros actos».

¿Y yo tan cómodo? Así querrían los “entetanidores” que fuese nuestro credo. Pero si les permitimos encerrarnos en una prisión mental, no podremos elegir nuestro medio. Y nuestra nutrición estará formada por cualquier porquería con la que alguien decida alimentarnos.

¿Se hace así deliberadamente? Es obvio. Pero no solamente esto. Los impulsores están intoxicados por su propio veneno. Dispersando idioteces se convierten en idiotas. Yo expliqué este síndrome en 2002 como El círculo vicioso de la estupidez – que más tarde se convirtió en el capítulo 18 de El poder de la estupidez (con mas diagnósticos del contagio en otras partes del libro).

No es casualidad que algunos comentarios sobre este tema también se encuentren en mis razonamientos sobre Las contradicciones de la meritocracia – o que, hace cincuenta años, un método muy similar al “entetanimiento” fuera propuesto por Michael Young, como un instrumento represivo de una nueva oligarquía, en The Rise of the Meritocracy (el libro en el que por primera vez, en 1958, fue utilizado el término “meritocracia”).

Este no es un problema nuevo. Podemos retrotraernos al origen de la humanidad. Pero en estos momentos ha alcanzado un tamaño y una perspectiva diferentes, con la “paradoja de la abundancia”.

La cantidad de información es enorme – y creciendo. En ausencia de censura, podemos tener acceso a “casi todo”. Pero indagar y encontrar no es fácil. Y, además de las limitaciones y los espías de nuestro ambiente, cada vez hay mas informaciones erróneas generadas constantemente alrededor del mundo. El sinsentido y la tontuna, el engaño y la manipulación, nos pueden llegar por medio de alguien cuya intención no es confundirnos, pero que no tiene ni el tiempo ni la habilidad para comprobar las fuentes de la información o entender su significado.

¿Debemos caer en un estado de ansiedad y miedo, desconfianza de todo y de todos, sospechas, y trampas incluso en los casos en que son infundadas? No. El remedio podría ser peor que la enfermedad.

Hay una solución mas simple y menos incómoda. La insaciable curiosidad. Un deseo perenne de aprender y entender, aprovechando cualquier oportunidad para pensar por nosotros mismos, con nuestra propia mente. ¿Es un reto? Sí – pero un reto agradable. Con un poquito de práctica se convierte en un instinto, espontáneo, intuitivo. Cuando lo logramos, es siempre estimulante. A menudo interesante – y también bastante divertido.




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