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Quien se hace miel...


de Giancarlo Livraghi gian@gandalf.it


Articulo en Internet News – Noviembre de 1998 – Versión al español de Marco Bellonzi




Anda por ahí cierto aire de resignación. En la red corren voces de alarma e indignación por algunos episodios recientes, que van desde los secuestros de ordenador (y hasta de servidor) hasta la enésima oleada de montajes periodísticos sobre los temas más variados, de lo cual resulta que quien está en la red es una persona enferma y peligrosa...un maníaco sexual, un "pirata", un deprimido, un misántropo, un malandrín que persigue niños y adolescentes... Pero hay una sensación de frustración, una percepción de "no hay nada que hacer".

De todo esto ya se ha hablado en esta sección, por ejemplo en los números de mayo y de junio de 1997 y abril de 1998, y también en otros artículos recogidos en el sitio italiano gandalf.it. Me parece que ha llegado el momento de volver a hablar de ello, por dos razones.

La primera es que por fin la red está dando señales reales de desarrollo en Italia. Desde hace seis meses se aprecia un crecimiento bastante continuo, más rápido que la media europea y mundial. Aún estamos bastante atrasados, pero si esta tendencia continúa podríamos salir del bache en tres o cuatro años.

La segunda es que tenemos un instrumento para actuar. Pero de esto hablaré al final.

¿Debemos resignarnos? Hay quien dice "qué quieres, las cosas son así, no hay nada que hacer". Hay quien dice "qué aburrimiento, es la historia de siempre". Hay quien dice "armémonos y atacad" (o sea, yo no muevo un dedo, pero "alguien" debería hacer algo). Hay quien dice "bueno, tarde o temprano pasará". Y hay quien tiene miedo.

Entiendo a muchas personas que tienen miedo. Sometidos a prepotencias y abusos, no se quieren exponer: temen, con razón, meterse en apuros, ser considerados como criminales; temen perder el trabajo o la credibilidad en el entorno en que viven. No es fácil hacerse el héroe, sobre todo si se está solo y nadie te ayuda.

Entiendo menos a los que tienen miedo de nada; por ejemplo a las personas que, después de leer artículos en los que he acusado apertis verbis a personajes de diferentes áreas del poder, me han susurrado "Pero, ¿no tienes miedo de meterte en problemas?"

Nadie, hasta ahora, me ha amenazado o perseguido. Es cierto que en Italia suceden cosas terribles, pero por fortuna no estamos en una situación en la que quien tiene el valor de expresar una opinión vaya a ser enviado a galeras. En resumen, la prudencia es comprensible, pero un miedo exagerado no sirve para nada más que favorecer los abusos.

Quien se hace miel, dice un viejo refrán, se lo comen las moscas. Y aquí nace otra forma de derrotismo: "Pero vamos a ver, no hay moscas, nadie va a comernos". Esto es cierto si nos comparamos con aquellos países (desdichadamente muchos) en los que uno se arriesga a la cárcel, o a algo peor, por el solo hecho de conectarse a la red. Pero si no existen las moscas sí que hay diversas especies peligrosas por ahí, bichos que van desde avispas disfrazadas de inocentes mariposas hasta los torpes tábanos que pueden destrozarte en un minuto sin saber siquiera lo que están haciendo.

Tomados uno por uno, somos bastante débiles. Podemos lamentarnos, hablar entre nosotros, pero todo esto es bastante inútil. Igual que es inútil agitarse con un determinado caso o con un momento de mayor intensidad de "criminalización" de la red para después olvidarlo todo hasta la próxima, o hasta que una cosa que parecía genérica y lejana nos golpee en nuestro caso particular...

Se necesitaría algo...a alguien...un grupo organizado que no diera gritos improvisados sino que trabajase con continuidad. La buena noticia es que este "algo" existe. Hace mucho (cuatro años) se constituyó una asociación que se llama ALCEIElectronic Frontiers Italy. Nació intencionadamente en anticipo: antes aún de que Internet, como la conocemos ahora, se difundiese en Italia. Durante un año o dos fue bastante activa, después, pese a todo, se convirtió en algo mucho menos dinámico y visible. Si no he hablado de ello hasta ahora es porque no me habría parecido correcto aburrir a quien me lee con algo que dudaba que pudiera merecer atención e interés. Pero ahora, por fin, esa asociación está retomando vigor y actividad. Más vale tarde que nunca...

Me parece que es el momento de ayudarla, en todos los modos posibles; como mínimo inscribiéndonos... y, si podemos, poniendo un poco de tiempo y esfuerzo. Se sabe que una asociación libre de cualquier lazo político o económico, que vive sólo de la actividad voluntaria de sus socios, no tiene muchos recursos. Pero precisamente porque es totalmente libre e independiente merece, según mi opinión, toda la ayuda posible.

Personalmente, estoy inscrito y hago todo cuanto puedo por ayudarles. Cuantos más seamos, más fuerza tendrá una organización que no tiene otro fin y otro papel que defendernos de las amenazas (que las hay) y ayudar a la aún frágil cultura de la red en Italia a crecer sana y vigorosa.






La asociación española para la libertad y la cultura de la red es FrEEFronteras Electrónicas España



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