Libro de Giancarlo Livraghi El poder de la estupidez
Un extracto del capítulo 5
con comentario por Chema Alonso
en Un informático en el lado del mal
21 junio 2010
El poder de
la estupidez
y la ley de Parkinson
La ley de Parkinson suele citarse como: El trabajo se expande hasta ocupar todo el tiempo disponible para su desarrollo completo. Pero también explica cómo crecen las organizaciones sin relación coherente con ningún incremento o decremento en lo que se supone que deben hacer, como fruto de mecanismos jerárquicos y anomalías funcionales. [...]
Parkinson explicó como una organización de mil personas puede emplear todo su tiempo y todos sus recursos sin más objeto que el de comunicarse consigo misma, sin generar nada valioso para el mundo exterior. En la actualidad, ese problema persiste, a la vez que han surgido complicaciones adicionales en el sentido contrario.
Con frecuencia, las reducciones de personal son un instrumento brutal y salvaje para incrementar el beneficio a corto plazo (más aún cuando tratamos con fusiones o adquisiciones). Así pues, el tamaño de la organización se reduce sin que existan razones funcionales para ello; y en muchos casos, se hace sin reducir los excesos de plantilla en cargos inútiles y entorpecedores.
Esta extraña combinación de bulimia y anorexia es una de las enfermedades más graves que pueden sufrirse en toda clase de organizaciones: negocios, gobierno, política, servicios públicos y privados. Y cuanto mayores son las dimensiones, más se agrava el problema. [...]
Otra de las observaciones de Parkinson indica que la cantidad de tiempo y atención empleados por la dirección en dar respuesta a un problema se halla en relación inversa con su importancia real. [...]
También hay una enfermedad denominada la ley del retraso. Cuando un problema es urgente, grave, exigente y complejo, los gestores huyen de la responsabilidad delegando y retrasando, dudando y vacilando, etcétera. [...]
Es frecuente que urgencias imaginarias y prisas sin razón de existir lleven a dejar de lado lo que no parece solucionable de inmediato. El resultado es la combinación de dos errores: decidir a toda prisa sobre cosas que necesitan de una mayor reflexión y posponer decisiones que habría sido mejor adoptar en el momento preciso. [...]
Otra enfermedad descrita por Parkinson es la ingelitencia: El ascenso a los puestos de autoridad de personas que sienten celos ingentes del éxito ajeno al par que se caracterizan por su incompetencia. Según el autor, reconocemos a la persona ingelitente por la terquedad con que se esfuerza por expulsar a todos los que son más capaces que él mismo. [...]
Otra de las leyes de Parkinson: el gasto se eleva hasta igualarse con los ingresos. La experiencia nos indica que con frecuencia llega a superarlo.
Este extracto está sacado del libro El poder de la estupidez. ¿Os ha recordado a algo o a alguien de tu vida laboral, profesional, social? No te preocupes. Según el libro, las sociedades son estúpidas por necesidad y como dice el primer corolario de Livraghi: En cada uno de nosotros existe un factor de estupidez que siempre es mayor de lo que creemos.
Tienes el primer estudio de Livraghi en español en: The Power of Stupidity y puedes comprar el libro revisado, ampliado y actualizado a Junio de 2010: El poder de la estupidez.
¡Saludos Malignos!
Chema Alonso
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