La red no es digital


La red no es digital
sino biológica

Entrevista a Giancarlo Livraghi
en Clarín – 2 marzo 2002

Flavia Costa – fcosta@cultural.clarin.com.ar


Para el experto en internet, y además bibliófilo,
la tradición literaria acumulada
no se diluirá en las nuevas tecnologías


La red es un ambiente pro-literario?   ¿Cuáles son las posibilidades estilísticas, temáticas, retóricas de la “literatura” en el ambiente electrónico?   ¿Podemos llamarlo “literatura”?

— Lo que aprendimos en miles de años sobre el arte de escribir sigue siendo válido hoy. En vez de pensar en las ocasiones expresivas que pueden nacer de la disponibilidad de recursos técnicos particulares, es preferible atesorar todo lo que podemos aprender de la experiencia de la literatura y de la cultura de todos los tiempos.

En este momento, ¿existen artistas que hagan de todas esas posibilidades una creación concreta?

— Todas las técnicas pueden ser útiles, siempre y cuando se adapten a la realización de una idea particular. Ninguna, en sí, puede generar obras artísticas o sustituir el talento de un artista.

El hipertexto cambia la relación entre autor y lector.   ¿Cuáles son las características de esta nueva forma de interacción?

— El valor de una arquitectura hipertextual está en la posibilidad de organizar las informaciones y facilitar su acceso ofreciendo al lector la opción de elegir entre diversos niveles y caminos de profundización. Construir bien el sistema es un trabajo muy absorbente. Una estructura hipertextual es tanto más eficaz cuanto más profunda y compleja es en sus recursos – fácil, agradable y fluida para el lector.

¿Usted piensa que hay una oposición total entre hipertexto y textos lineales, o cree que el hipertexto es una forma de generalización del concepto de texto?

— Para mí no existe ninguna oposición. Es absurdo pensar que desde el momento en que el hipertexto pone a disposición varios recursos expresivos es útil usarlos todos. El arte de comunicar eficazmente radica en usar sólo las soluciones que realmente son “inherentes”. Un exceso de adornos y “efectos” inútiles no es obra de un buen artista, sino el vicio de quien no tiene nada que decir. La cosa más armoniosa y eficaz es la simplicidad. Pero también es la más difícil.

Un estudioso como George Landow, autor del ensayo fundamental “Hypertext”, dijo hace poco en una entrevista que “el e-mail es mucho más interesante que las conversaciones telefónicas”.   ¿Está de acuerdo con la idea de que el e-mail provocó un “revival” del género epistolar y reactualizó el valor de la palabra escrita?   Un “lugar común” en torno de los medios electrónicos afirma que estos nuevos medios de comunicación ponen de relieve la “presencia”, “la interacción”, la “experiencia en tiempo real”, y que es así porque, se dice, nuestra cultura valora más esta interacción que la reflexión, la escritura, el pensamiento.   ¿Considera que los nuevos medios digitales pueden contribuir de alguna manera a la reflexión, la escritura, el pensamiento?

— La interacción es un valor fundamental de la red. Que sea en “real time” no es esencial – la comunicación “sincrónica” es sólo uno de los modos de interactuar. A menudo los foros o las listas de mailing tienen una riqueza de intercambio más relevante que los chats. La interacción no contradice la reflexión y el pensamiento, al contrario, puede enriquecerlos. Si hay un “medio electrónico” que provocó superficialidad y chatura es el modo predominante en que se utiliza la televisión. No la red, que es una cosa totalmente distinta.

¿Qué opina acerca de la evolución de la escritura (y la lectura) en los medios electrónicos?   ¿Cuál sería el principal punto fuerte de la escritura en el contexto hiper-mediático?   Al mismo tiempo, ¿cuál sería el principal punto fuerte de los libros y cuál el punto fuerte de la literatura hiper textual?

— Debo confesar que no soy objetivo porque soy un “bibliófilo” incurable. Pero el hecho es que el papel impreso sigue siendo el modo más eficaz para la lectura de textos largos. Muchos, como yo, si encuentran un texto interesante online lo imprimen y después lo leen con calma y comodidad.

En la discusión entre quienes defienden el pago de los derechos intelectuales y quienes impulsan el “uso libre”, ¿ustedes de qué lado está?

— El concepto de copyright está superado y no puede ser sostenido infinitamente por las violentas “batallas de retaguardia” de las grandes empresas discográficas y de software. Será necesario encontrar nuevos modos de asegurar la “compensación justa” para las obras de arte y el ingenio, y al mismo tiempo asegurar a los autores la máxima libertad de expresión.

El filósofo alemán Norbert Bolz afirma que el ambiente digital provocará (y al mismo tiempo es el resultado de) cambios fundamentales en nuestra percepción del “arte”. No sólo porque en el ciberespacio es imposible proteger la propiedad intelectual, sino también porque pronto la gente perderá interés por nociones como las de “artista”, “obra de arte”, “propiedad intelectual”, etcétera.   ¿Qué piensa?

— No creo que exista un “ambiente digital”, ni que éste pueda provocar “cambios fundamentales en nuestra percepción” (el “ciberespacio” nunca existió excepto en las construcciones de ciencia ficción de William Gibson). La estructura de la red no es digital, es un sistema biológico. La red no está hecha de computadoras, cables y protocolos. Está hecha de personas.

¿Cómo se modifica la relación entre el autor y quien contempla o lee una obra?

— La relación entre el autor y la persona que lee, o mira una obra de arte, siempre fue “interactiva”.  La intensidad de estas relaciones es el valor fundamental que puede hallar nuevos modos de manifestarse en un ambiente más rico de intercambio y de diálogo, pero en esencia sigue siendo lo que siempre ha sido.




Livraghi es filósofo. Se especializó en estudios sobre la red y publicó varios libros,
como L’umanita dell’internet, accesibles en versión digital.
Fundó en su país la Asociación por la Libertad de la Comunicación Electrónica Interactiva.
Su página, (http://gandalf.it), es trilingüe.




home
home